sabato, aprile 28, 2012

Ojos

Anoche, poco después de escribir la entrada anterior, me fui a la cama. A la espera del sueño seguía pensando en miradas, miradas que vi, miradas que quise ver, miradas que imaginé, etcétera. Y de repente me acordé de aquellos versos de Antonio Machado: "El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve" La primera vez que los leí fue en un examen de lengua. El maestro, el añorado señor Ramón, pretendía que hiciéramos un análisis sintáctico de la frase. En fin, nada, solo eso, que anoche me acordé.

venerdì, aprile 27, 2012

Miradas

Lo dice Turguénev en Asia y me hizo pensar en ciertas miradas que alguna vez vi: "Ah, ¿cómo describirte, mirada de mujer que ama?".

mercoledì, aprile 11, 2012

¿Birmania?

Una noche, un amigo común (a mutual friend) me presentó a Flash. Nos puso a uno delante del otro casi a empellones, dijo cuatro tonterías curriculares de cada uno a modo de presentación y desapareció entre la multitud que abarrotaba su propio bar. Flash y yo nos miramos e, imagino que por educación, quisimos decir algo: cualquier lugar común para romper el hielo. Lo dijimos al unísono, pero entre el estruendo del local, mi sordera incipiente y mi extravagante dicción, no nos entendimos. Y, también al unísono, quisimos aclarar qué es lo que había dicho el otro:

-¿Woody Allen? –dijo Flash.
-¿Birmania? –dije yo.

O quizá fue al revés; no me acuerdo, aunque no hace tantos años de eso. Pero nos reímos mucho con el absurdo equívoco. Sigo sin saber qué es lo que quiso decir él (¿Birmania?) y dudo de que yo le hablara así por las buenas de Woody Allen, pero esas risas fueron las primeras de una larga serie de risas, la base sobre la que edificamos una sólida amistad y un equipo de fútbol sala.
Muy pronto Flash me presentó al Hada y, con el tiempo, el Hada me presentó a la Nueva. Pocos días después la Nueva se vino a vivir conmigo, viajamos a Londres, Nueva York y Burgos pero fuimos incapaces de llegar a Palencia, hicimos una mudanza, cambiamos una vez de coche y tres de parking. Nos casamos, descubrí por mí mismo como cocinar la sanfaina y abandoné el fútbol sala. Explotó el fenómeno Messi y nos amamos mucho (la Nueva y yo) (a Messi también le amamos). Han pasado muy pocos años y muchas cosas. Enterramos algunos parientes y nacieron Umbrello, que en apenas unos días cumplirá cuatro años y Fratello, que el sábado celebró su segundo aniversario. Viéndole soplar las velas, me acordé de repente de Birmania y pensé:

-¡Qué cosas!