No entender
No entender, no poder entender y tener que perder ni que sean unos minutos en la contemplación o en la reflexión es casi siempre la clave para que uno prefiera a un pintor (o un escritor, o un compositor, etc...) sobre otros muchos. Un ejemplo mínimo: no entendí en su momento (y sigo sin hacerlo) qué le está haciendo esa niña a su hermana en la cabeza, a qué viene esa pose tan poco artística. Y gracias a ello contemplé largamente Las hijas del pintor y es así que Thomas Gainsborough se convirtió en uno de mis pintores preferidos.
3 Comments:
Sin embargo, algo se debe entender, ni que sea desentendidamente. De otro modo, no estaríamos en la observación, sino en la negación.
Creo que se trata del clásico gesto: "me tienes hasta la coronilla".
This was great tto read
Posta un commento
<< Home