venerdì, ottobre 07, 2005

Se ha caído el 3

Se ha caído el 3 del reloj de la pared del comedor. No sé cuándo ocurrió tal suceso; me he dado cuenta esta mañana, cuando he visto que entre las 2 y las 4 no había nada, sólo el ligero rastro dejado por el número caído. El 3 se encuentra ahora debajo del 6, donde cómo es lógico fue a caer tras despegarse de su sitio habitual. Ahora parece una letra omega minúscula al revés o, para que nos entendamos, la parte superior de un dromedario, con sus jorobas asomando desde la parte inferior de mi reloj de pared.
El suceso, tan curioso como banal, me ha hecho recordar la historia de ese reloj y, sobre todo, las historias vividas hace años en París en compañía de Mister Flash y otros sujetos de dudosa catadura. El reloj lo robamos precisamente Flash y yo de la Gare d´Austerlitz una noche de mucho vino y ninguna rosa. Ese gigantesco reloj parecía de dimensiones humanas colgado en la pared de esa estación ferroviaria parisina, pero ya en nuestras manos nos indujo a imaginarnos a nosotros mismos como personajes de “Cariño, he encogido a los tontainas”. En el comedor de casa me pareció siempre un enorme ojo del pasado que me vigila. Muchas veces he pensado en deshacerme de él, pero nos reímos tanto al robarlo que sería una lástima. A menudo disfrutamos Flash y yo recordando el robo, el mayor robo de la historia de los relojes ferroviarios. Su ejecución, nada planificada y fruto exclusivamente de la improvisación alcohólica, no fue tan complicada, en realidad, como lo fue su posterior traslado por las atestadas calles de París ni, unos meses después, el paso por la aduana, donde un gendarme se mostró especialmente interesado en dónde y cómo habíamos conseguido el reloj, lo que me obligó a inventar una imposible historia que, contra todo pronóstico, convenció al puntilloso agente.
Bueno, en cualquier caso se ha caído el 3 del reloj. Llevo toda la mañana observándolo con detenimiento. Jamás me había dado cuenta de que es obra de la relojería Vercruyssen, Bruxelles, y que debajo del 12 hay un pequeño escudo serigrafiado -lo que descarta su futura caída- en el que se aprecia una especie de unicornio trotando por los cielos. Quizá se trata del dios del tiempo o, más posiblemente, el logo de los Vercruyssen.
No voy a arreglarlo. Voy a dejar el 3 donde está, tumbado debajo del 6. Y voy a organizar una serie de apuestas. Yo apuesto a que será el 7 el próximo número en caer. Tengo esta intuición. Esta tarde vendrá Flash a examinar el reloj para hacer su apuesta: estoy seguro de que elegirá el primer 1 del 11, o el 2 del 12, siempre ha sido así de complicado. Creo que voy a sacar una buena pasta con esto de las apuestas. Y si no, me distraeré. En fin y al cabo, eso es la vida, ir pasando lo mejor posible hasta que oigamos el timbre la puerta y al abrir nos encontramos con un gendarme francés cuya cara nos suena de algo y que, con apoyo de la Interpol, viene a reclamar un reloj desaparecido hace unos años en misteriosas circunstancias de la Gare d´Austerlitz, París y que además, claro, pretende que saldemos cuentas con la justicia.

2 Comments:

Blogger Jordi said...

Evidentment, tot és rigurosament veritat. Ho pots comprobar a l´Gran Enciclopèdia Catalana, en l´entrada "gendarme". Pel que respecte al nom de la web, no descarto que properament es digui "piraguas en llumas", o qualsevol altre nom bonic.

4:23 PM  
Blogger Jen said...

oh jo no m'havia adonat, curiós, curiós! m'agrada en castellà :D
PD: Ah jordi he vist el teu mail dels capis de les gilmore girls, no t'amoïnis amb lo ràpid o no que vagi, ara ja comença la 3a tempo i he mirat a internat què va passar per no perdre'm, tot i que lo bo d'aquesta serie és que cada capi acaba aixi que les subtrames no té les perds i el fil de la trama principal ja el tinc. només els vull veure encara que sigui més tard.
thank you!

12:49 PM  

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