La confusión perfecta
En una película me hubiera parecido un gag estúpido. En la vida real se me antojó sensacional. Sucedió esta mañana, ante la Sagrada Familia, mientras acompañaba a Fratello a su parque favorito zigzagueando entre centenares de turistas. Dos de ellos, diría que escandinavos, consultaban apurados una guía de viaje con aspecto de no entender nada. En la portada de su guía, el asombro. “Lisboa”, he leído.
7 Comments:
Me alegro de volver a verlo, don Jordi.
Un post perfecto.
Ja ja, increíble. ¡Hay que ser despistado! Y que bien lo has contado.
Esto me recuerda una vez mi jefe, que cogió el tren para llegar a un aeropuerto y se fue al de otra ciudad, y no entendía porqué su vuelo no aperecía en el panel de salidas.
Fantástico. Es un post que me hubiera gustado escribir a mí.
(Pero no tiene mérito, claro, te lo han dado hecho. Felicita a los suecos de mi parte).
La duda es si se han equivocado de guia o de ciudad.
Ya no somos humanos. "Parménides" de Heidegger y las nubes pasajeras me sacan de nuestro olvido individual y colectivo. Hoy he visto, junto a mi asiento en el metro, a un tipo muy serio que dialogaba tecleando en una pantallita a gran velocidad: en dos segundos ha contestado a algo tres veces, una de ellas "jajajajaja", siempre muy serio. Ya no es teatro, es otra cosa. Ya no somos humanos.
Claro que es siempre mejor ser un no humano vivo que un no humano muerto. Veo a la suposición que se acerca y se instala en mí.
Disculpen las molestias que puedan haberse mostrado.
Todo lugar es tumba y toda tumba es abono y fertilidad. La fértil edad de la espera.
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