6-2
Mientras desayunábamos, la Nueva me recordó que se celebraba el Día de la Mujer Trabajadora, y me explicó que las mujeres aún están marginadas de los puestos de dirección políticos, económicos y sociales en todo el mundo, ocupados muy mayoritariamente por hombres. Su anuncio coincidió con la aparición en la tele de Condoleeza Rice y a mí me salió el espíritu de la boina y dije sarcástico que con ejemplos como esa señora quizá mejor así y que esa mujer era una lerda, una incompetente, una asesina y que por si eso fuera poco me caía mal y que por favor me sirviera otra tostada con mantequilla. Pero luego como cada mañana salieron Acebes y Zaplana y arrebaté de las manos de la Nueva la tostada aún medio enmantequillar y le dije que perdón, que ya lo hacía yo, que con Acebes y Zaplana ya ganaba ella 2-1, y tras aparecer Bush reconocí que eso era un golazo, 3-1, que a partir de esa mañana hasta mi muerte las tostadas con mantequilla me las prepararía yo. Y cuando mostraron imágenes de un obispo con cara de tontaina acusado de pederastia admití el 4-1 y anuncié que quizá osaría explorar las maravillosas posibilidades del mocho y la escoba. Y después apareció el bobo del alcalde, la Nueva dijo “5-1” y yo me puse una nariz de payaso para estar a la altura del edil y afirmé que no me la quitaría en todo el mes y que esa misma mañana estudiaría el complicado funcionamiento de la XV224, nuestra sofisticada lavadora. El inesperado 6-1 llegó al oír las palabras de un empresario convencido de lo positivo que sería dejar en la calle a 3.000 trabajadores y yo admití que ese resultado sería difícil de remontar en el partido de vuelta y pregunté solícito a la Nueva qué le gustaría comer ese día, que había decidido adentrarme valientemente en la cocina haciendo caso omiso de los rumores que desde pequeño había oído acerca de las tremebundas alimañas que allí habitan. Al final del telediario salió Ronaldinho, respiré aliviado, le hice a la Nueva el gesto del surfero con dientes de conejo y grité tonta y felizmente: ¡6-2, 6-2!. Me quedé mirando los goles del fenómeno blaugrana mientras la Nueva me secaba la baba con su servilleta.
1 Comments:
jajajaja
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