Pequeño paraguas en llamas
La foto muestra a la actriz Billie Whitelaw quemando alegremente una sombrilla en el trascurso de la única representación de la obra Happy days, de Samuel Beckett. Beckett es uno de esos autores al que hay que guardar el máximo respeto y, si es posible, uno debe abstenerse de leer (que es lo que yo he hecho) para no perdérselo. He imaginado que en Happy days, obra que como queda dicho no he leído, el personaje de la señora Whitelaw, llamado Winnie, se enamora de su amigo Quentin Durward, un joven apuesto preocupado en todo momento por lo absurdo de la existencia. En la escena principal de la obra, Winnie prende fuego a su sombrilla con la esperanza de que, ante tamaña estupidez, Quentin se fije en ella. Sin embargo, a Quentin le horroriza la imagen del pequeño paraguas en llamas y se produce este intenso diálogo:
-Pero qué haces -dice Quentin.
-Ji ji ji -dice Winnie.
Quentin fracasa en su intento de arrebatar de las manos de Winnie el peligroso artefacto que, al quemar, desprende pequeños jirones de plástico incandescente que caen sobre la cabeza de la infortunada muchacha. En pocos segundos, Winnie es consumida por el fuego y Quentin queda en estado de shock ante los restos humeantes de su amiga. En ese momento llega un bombero.
-¿Qué ha pasado aquí? -dice el bombero.
-Godot, llega tarde -le dice Quentin.
-Es que me esperaban en otro sitio -dice Godot.
Así termina la representación. Happy days es importante en el conjunto de la obra de Beckett por varias razones. Por un lado, queda desvelado el enigma de Esperando a Godot (Godot es un bombero). Por otro, es la última colaboración del autor con Billie Whitelaw, su actriz de referencia, que en las posteriores obras de Beckett sólo aparece muy esporádicamente y en forma de amasijo informe carbonizado al que los otros personajes se refieren con misteriosos circunloquios.
-Pero qué haces -dice Quentin.
-Ji ji ji -dice Winnie.
Quentin fracasa en su intento de arrebatar de las manos de Winnie el peligroso artefacto que, al quemar, desprende pequeños jirones de plástico incandescente que caen sobre la cabeza de la infortunada muchacha. En pocos segundos, Winnie es consumida por el fuego y Quentin queda en estado de shock ante los restos humeantes de su amiga. En ese momento llega un bombero.
-¿Qué ha pasado aquí? -dice el bombero.
-Godot, llega tarde -le dice Quentin.
-Es que me esperaban en otro sitio -dice Godot.
Así termina la representación. Happy days es importante en el conjunto de la obra de Beckett por varias razones. Por un lado, queda desvelado el enigma de Esperando a Godot (Godot es un bombero). Por otro, es la última colaboración del autor con Billie Whitelaw, su actriz de referencia, que en las posteriores obras de Beckett sólo aparece muy esporádicamente y en forma de amasijo informe carbonizado al que los otros personajes se refieren con misteriosos circunloquios.
7 Comments:
Me ha gustado. Considerando que no he leído a Beckett por una rara sensación de pánico, no creo que Samuelillo lo hubiera explicado mejor. Al fin y al cabo, ya se sabe que abrir un paraguas en interior da mala suerte.
Voy a empezar a comprarme el Sport.
Sin falta.
¿Llegas a Becket a través de la solución a Carlos? Acabo de descubrir tu blog y me has hecho pasar un largo rato muy entretenido. Fantástico lo que cuentas; parafraséandote, tu escritura, en muchos momentos, me recuerda michas cosas, pero no me acuerdo bien de cuáles. Felicidades.
Por cierto, tampoco me acuerdo de si he leído o no a Becket; me da que haaaace tiempo empecé y no sé si acabé el Esperando a Godot, pero a todos los efectos como si no lo hubiera hecho (haaaace mucho tiempo yo era otro). El caso es que tra leer tu post me ha apetecido conseguirme alguna obra, pero me has dejado chafado con tu recomendación (genial, por cierto); así que habré de meditar. Saludos
a veces tengo hambre de los años 10, 20, 30, 40... Debe ser la edad, cuando era más joven tenía nostalgia de los 60. si es que nostalgia por lo que nunca se vivió se puede llamar nostalgia.
Hola, metí la pata en la "firma" de mi comentario de ayer. No me di cuenta y, por defecto, usé la identidad de blogger, donde estoy probando todavía un nuevo blog. El actual, que es el que está vivo aunque en prontas vías de extinción, es el que espero que ahora enlace con la firma de este comentario. De hecho, el post que has comentado es uno viejo del blog en uso. En fin, disculpa el error en el enlace, pero al menos me ha servido para comprobar que los comentarios funcionan. Saludos
Publico el anterior comentario y veo que no enlaza con mi blog. ¿Blogger sólo enlaza a sus propios blogs? A lo mejor es que me olvidé de poner el http://. Disculpa que use tu post como campo de pruebas. Saludos nuevamente.
Ala, ya te has cargado a otra... y esta vez con tu famoso Paraguas en Llamas...
Jordi, empieza a parecerme preocupante tu manía de cargarte a todas las mujeres que pasan por tus post.
De hecho, mi mente retorcida empieza a pensar que La Nueva es el nombre temporal que reciben todas aquellas protagonistas de tu relatos antes de que te las acabes cargando de la forma más inusual posible.
Te seguiré vigilando...
Besos.
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