mercoledì, maggio 18, 2005

Don Anselmo, o nada tiene importancia

Ya desde pequeño fui un apasionado de los documentales y los debates de La 2, que entonces no se llamaba La 2 sino el UHF. No debía de tener más de siete u ocho años cuando, una tarde, me dispuse a contemplar un interesante programa divulgativo que, con todo lujo de detalles, analizaba la crisis del petróleo y sus consecuencias para el mundo entero. En esos días, la crisis del petróleo no era una crisis más, sino La Crisis, y tanto había oído hablar yo de ella y de sus terribles consecuencias que a todos nos amenazarían, hasta a los niños, que el caso me tenía realmente preocupado. En fin, que tras una amena introducción, el presentador de la emisión dio paso a un no menos interesante coloquio, en el que un experto en el tema se dispuso amablemente a responder las preguntas de los espectadores, un grupo de jóvenes que, como yo, vivían prácticamente por y para la problemática petrolífera. Recuerdo como si fuera ayer la primera pregunta que un joven con acné le hizo al experto:

–Don Anselmo, ¿a dónde cree que nos llevará la actual situación de crisis? –inquirió el joven, como si supiera leer en mi mente.

El experto reflexionó unos momentos y respondió:

–Bueno, en primer lugar he de decir que no me llamo Anselmo.

A pesar de encontrarme yo en la más tierna infancia, ya sabía reír a mandíbula batiente y eso es lo que hice. A mis padres les preocupó que me tomara tan a la ligera lo del petróleo. Pero es que en ese mismo momento, y gracias al falso don Anselmo, había comprendido que, al fin y al cabo, ni el petróleo ni nada tenía la más mínima importancia.