Flores raras
Conocí hace unos días a Sean, un joven irlandés que ha venido a estudiar no sé qué en Barcelona pero que se pasa las noches bebiendo y los días durmiendo. Otro parásito del Erasmus, vaya. Sean me contó que, para estudiar castellano, su método más fructífero consistió en escuchar canciones de artistas españoles. Nada original, ciertamente. Mi muy modesto inglés, por ejemplo, se basa en realidad en la audición de las letras de los Beatles.
Una vez, prosiguió Sean, se enfrascó en la audición de una vieja canción de El Ultimo de la Fila que contiene estos versos:
¿Por qué esas flores raras
crecen en las aceras para ti?
Volveré a cogerlas, ¿sabes?
Sean no tuvo problemas para entender y traducir los dos primeros versos. En el tercero, sin embargo, lo que entendió fue:
¿Por qué esas flores raras
crecen en las aceras para ti?
Volveré a coger las aves
¿Coger las aves? ¿Qué aves?, pensaba Sean. Repasó todos los versos anteriores, a ver si le daban la clave para descifrar ese mensaje tan misterioso. Tras mucho pensar, Sean llegó a la conclusión de que la canción quizá trataba de los problemas amorosos de un avicultor que, desesperado por el amor no correspondido de una extraña mujer (eso de las flores raras que crecen para ti), decide volver a sus quehaceres habituales, sin duda desatendidos durante la tormentosa relación. “Oye, tía, eres tan rara que yo lo dejo, voy a volver a coger las aves”, eso es lo que significaban los versos de El Ultimo de la Fila para Sean.
Me reí mucho con las interpretaciones del irlandés y me acordé de una experiencia similar que viví en mi adolescencia, cuando, sin mucha atención, oí por la radio unas de las primeras canciones de Mecano, aquella que dice:
Sombra aquí y sombra allá
Maquíllate, maquíllate
Yo, de forma sin duda absurda, decidí que Mecano era un grupo catalán, quizá valenciano, que apostaba valientemente por el bilingüismo:
Som d´aquí i som d´allà
Maquíllate, maquíllate.
Una vez, prosiguió Sean, se enfrascó en la audición de una vieja canción de El Ultimo de la Fila que contiene estos versos:
¿Por qué esas flores raras
crecen en las aceras para ti?
Volveré a cogerlas, ¿sabes?
Sean no tuvo problemas para entender y traducir los dos primeros versos. En el tercero, sin embargo, lo que entendió fue:
¿Por qué esas flores raras
crecen en las aceras para ti?
Volveré a coger las aves
¿Coger las aves? ¿Qué aves?, pensaba Sean. Repasó todos los versos anteriores, a ver si le daban la clave para descifrar ese mensaje tan misterioso. Tras mucho pensar, Sean llegó a la conclusión de que la canción quizá trataba de los problemas amorosos de un avicultor que, desesperado por el amor no correspondido de una extraña mujer (eso de las flores raras que crecen para ti), decide volver a sus quehaceres habituales, sin duda desatendidos durante la tormentosa relación. “Oye, tía, eres tan rara que yo lo dejo, voy a volver a coger las aves”, eso es lo que significaban los versos de El Ultimo de la Fila para Sean.
Me reí mucho con las interpretaciones del irlandés y me acordé de una experiencia similar que viví en mi adolescencia, cuando, sin mucha atención, oí por la radio unas de las primeras canciones de Mecano, aquella que dice:
Sombra aquí y sombra allá
Maquíllate, maquíllate
Yo, de forma sin duda absurda, decidí que Mecano era un grupo catalán, quizá valenciano, que apostaba valientemente por el bilingüismo:
Som d´aquí i som d´allà
Maquíllate, maquíllate.