La vieja loca
En 1822, Theodore Géricault pintó este cuadro, conocido como La vieja loca, que actualmente se puede contemplar en la National Gallery de Londres. La vieja loca es una muestra del talento y del oficio de Géricault pero, sobre todo, es una prueba, una más, de la existencia del mal en nuestro universo y de la presencia oculta, pero tangible, de un mundo diabólico que intenta dominarnos y esclavizarnos sin darnos cuenta. Existen, entre nosotros, seres inmortales que trabajan incansables al servicio de este poder diabólico. Generación tras generación, estos seres malignos mudan brevemente su aspecto y prosiguen con su labor de destrucción y maldad.
El cuadro de Géricault, decía, es una prueba de la existencia de estos seres inmortales dedicados al cultivo del mal. Y es que sólo un ciego sería incapaz de no reconocer en el rostro de la vieja loca de Géricault los inconfundibles rasgos físicos de Juan Antonio Samaranch, uno de esos seres bajo los cuales se esconde el Maligno para confundir y corromper a la humanidad.
Las biografías del ex presidente del Comité Olímpico Internacional afirman que éste nació en Barcelona en 1920. El dato, evidentemente, es falso, como demuestra el cuadro de Géricault. El ente que habita en las entrañas de Samaranch nació mucho antes, en el principio de los tiempos y siempre al servicio del Maligno. Sólo en 1920 adoptó la apariencia física del barcelonés. Antes, sin duda, había tenido otras muchas identidades, una de las cuales, y ahora lo sabemos casualmente por el cuadro de Géricault, fue la de una vieja loca en 1822.
Ignoramos por qué ese servidor del diablo escogió precisamente el cuerpo de una anciana demente ni, posterioremente, el de Samaranch. Los caminos del Diablo, como los del Señor, son inescrutables.
El cuadro de Géricault, decía, es una prueba de la existencia de estos seres inmortales dedicados al cultivo del mal. Y es que sólo un ciego sería incapaz de no reconocer en el rostro de la vieja loca de Géricault los inconfundibles rasgos físicos de Juan Antonio Samaranch, uno de esos seres bajo los cuales se esconde el Maligno para confundir y corromper a la humanidad.
Las biografías del ex presidente del Comité Olímpico Internacional afirman que éste nació en Barcelona en 1920. El dato, evidentemente, es falso, como demuestra el cuadro de Géricault. El ente que habita en las entrañas de Samaranch nació mucho antes, en el principio de los tiempos y siempre al servicio del Maligno. Sólo en 1920 adoptó la apariencia física del barcelonés. Antes, sin duda, había tenido otras muchas identidades, una de las cuales, y ahora lo sabemos casualmente por el cuadro de Géricault, fue la de una vieja loca en 1822.
Ignoramos por qué ese servidor del diablo escogió precisamente el cuerpo de una anciana demente ni, posterioremente, el de Samaranch. Los caminos del Diablo, como los del Señor, son inescrutables.
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12 Comments:
personalmente me molesta que el pintor, al cual no conocía, haya escogido una figura femenina para representar, ¿según tú?, el mal... no me parece nada justa esa auténtica demononización de las figuras femeninas, de hecho reflexiono y muchas de las mujeres que han pasado a la historia lo han hecho como verdaderas malas de la película, sin ir más lejos ahí tienes a Eva, por lo demás la figura de Samaranch ignoro si será el diablo, pero su biografía no deja indiferente
feliz navidad!
no sabia yo esas cosas de Samaranch, siempre he creido que el demonio se habia reencarnado en cierta secretaria de estado nortamericana con sed de sangre..
Bueno guapeton,Felices Fiestas, prospero Año Nuevo y que los reyes no te traigan carbon, yo por mi parte, me piro de viage.
Un besote
Bueno el demonio es simpatico el que es un plasta es Dios . Sobre Samaranch que decir , ni fu ni fa .
Los caminos del Diablo, como los del Señor, son inescrutables...pero los primeros son mucho más interesantes. Cada vez más cerca del infierno... en pleno cruce de caminos...
Siempre supe que Samaranch era una mala pieza, pero ahora, gracias a esta prueba irrefutable, lo podré demostrar cada vez mal hable de él
pues a mí la mujer me parece guapa...
Lástima que Samaranch, el muy ladrón, se parezca más a esa pobre vieja que a otro loco de Gericault, internado por cleptómano (en imágenes Google: "Gericault, insane"). Enfermo a quien, sin embargo, sí se le parece David Fernández, colaborador de Buenafuente. Vaya cosas.
Saludos Jordi. Eres mi prefe.
Feliz Navidad!
Un besazo.
Más que malvado, Samaranch es absolutamente imbécil, del mismo tipo que George Busch. Lo que no impide que los absolutamente imbéciles sean de lo más malvado. Aun recuerdo su comportamiento cuando murió su mujer; regresó de unas olimpiadas para el entierro y se volvió corriendo como si tal cosa.
Aún arriesgándome a que no quiera usted perdonármelo jamás, debo decirle, G., que su comentario a este artículo roza peligrosísimamente la cretinez. Sin acritud, palabra.
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Más allá de la paródica interpretación del cuadro de la "Monomaníaca de la Envidia" de Géricault, me gustaría que no fuera malinterpretado por algunos usuarios. Este cuadro forma parte de una serie hecha para un médico que pretendía encontrar analogías entre los rostros de pacientes con las mismas dolencias. Estos cuadros tienen una base "científica" para decirlo así, fueron hechos alrededor de 1822 y no, no representan para nada el mal aunque la loca del cuadro se parezca casualmente a Samaranch. Respecto al comentario de the lesbian sisters entre los enfermos que pintó (que fueron de hecho unos cuantos) nos podemos encontrar tanto con hombres como con mujeres, desde el cleptómano al que tiene complejo de mando militar (el típico enfermo que se cree q es Napoleón) pasando por la ludópata, se encontraron hace poco en una boardilla. Os los recomiendo, son de un naturalismo que no deja indiferente creo que a nadie. ¿De donde has sacado que simboliza el mal? XD. A parte, Samaranch cae mal a todo el mundo, tranquilo, es muy viejo, seguro que le sobreviviremos XD.
(Aighash)
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