Obsesión
La Nueva y yo asistimos ayer a un entierro. En el cementerio, ante la paz, tranquilidad y silencio lógicos del lugar, la Nueva me dijo:
-Quiero que me entierren aquí.
-¿Ahora? -pregunté tontamente, pues en una décima de segundo se me ocurrió pensar que quizá la Nueva se había cansado de mí, que la vida se le había hecho insoportable y que sólo pensaba ya en la muerte o que, aún peor, quizá ella empezaba a sentir salvajes convulsiones en el pecho y el estómago y que iba a explotar inmediatamente y que yo iba a encontrarme con un misterio y pedazos de su páncreas en mis manos.
Pero no, por supuesto la Nueva se refería a su entierro como algo muy lejano. Su risa, y después la mía, provocaron miradas de reprobación entre los otros asistentes a la ceremonia.
-Quiero que me entierren aquí.
-¿Ahora? -pregunté tontamente, pues en una décima de segundo se me ocurrió pensar que quizá la Nueva se había cansado de mí, que la vida se le había hecho insoportable y que sólo pensaba ya en la muerte o que, aún peor, quizá ella empezaba a sentir salvajes convulsiones en el pecho y el estómago y que iba a explotar inmediatamente y que yo iba a encontrarme con un misterio y pedazos de su páncreas en mis manos.
Pero no, por supuesto la Nueva se refería a su entierro como algo muy lejano. Su risa, y después la mía, provocaron miradas de reprobación entre los otros asistentes a la ceremonia.
3 Comments:
Jajajaja!
Creo que deberías de empezar a asistir a terapia.
No puede ser bueno pensar en los trozos del páncreas de La Nueva, así... a la primera de cambio!
Es mejor acabar con estos problemas cuanto antes... o te veo llamándole a tu suegra Moby Dick en la próxima reunión familiar... y eso, perdona que te diga, no estaría nada bien.
Besos.
Debería estar más extendida la opción de reir en los entierros, para ser este un país tan de cachondeo y pandereta creo que nos tomamos muy a pecho la muerte...
A tu quan et moris jo t’entarraré amb una corona de flors de paper
Amb creus de filferro divuit escolans amb minisotana trescents capellans
El cotxe anirá tot pintat de colors, barrets de bombero pels enterradors
La caixa guarnida amb deu fulles de pi, i un mico al darrera tocant el violí
Els acompanyats carrets de llautó amb boines de goma i cavalls de cartró
Porteras, serenos, pintors de carrer, soldats, policies i els cors d’en Clavé
¡Però jo et ploraré i ho sentiré molt i dire a tothom que m’he quedat sol… que m’he quedat sol... que m’he quedat molt sol!
Després a la plaça de la catedral ballant la sardana, la polca i el waltz
Hi haura llionesas, pastís i champany, i amb aigua del carme ens rentarem les mans
La teva familia i molts mes animals aniràn tots en gàvies amb panys especials
I els teus germanets jugaran al parchis amb els tranviaires del cinquanta sis
Però un cop arrivats a la fi del camí amb piulas, petardos, licors i bon vi
I amb gran alegria direm ¡visca el mort!, potser ningú em vegi plorar de tot cor
(El trist i desconsolat enterrament de la meva esposa, del gran Jaume Sisa!)
No la coneixia, i és magnífica
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