La verdadera historia
Llevaba días yo reflexionando acerca de la crisis actual. Los periódicos van repletos de titulares tremebundos: que es el fin del capitalismo como lo hemos conocido, que el sistema bancario peligra, que las cifras del paro se disparan, que la Bolsa se derrumba (y a mí qué, pienso: yo prefiero el Casino). Es, dicen, una crisis que pasará a los anales de la historia. Que se hablará de ella durante siglos.
Pues no: a mí se me antoja que quizá no hay para tanto. Que es posible que mañana me quede sin trabajo y que mi banco me diga al siguiente que se ha pulido mi inmensa fortuna. Pero que de ahí a que la crisis pase a la historia con titulares del cuerpo 26 hay un trecho.
Pero no sabía explicar todo eso hasta que, ayer, tomé un libro al azar para ir al lavabo y, también al azar, lo abrí por una página cualquiera y leí exactamente y con una precisión asombrosa lo que yo quería decir:
“Tales jornadas” -imaginad que esas jornadas son las de la crisis que nos azota- “tienen menos relación con la historia que con el periodismo: yo he sospechado que la historia, la verdadera historia, es más pudorosa y que sus fechas esenciales pueden ser, asimismo, durante largo tiempo, secretas”.
Es Borges, claro está, quien habla.
Pues no: a mí se me antoja que quizá no hay para tanto. Que es posible que mañana me quede sin trabajo y que mi banco me diga al siguiente que se ha pulido mi inmensa fortuna. Pero que de ahí a que la crisis pase a la historia con titulares del cuerpo 26 hay un trecho.
Pero no sabía explicar todo eso hasta que, ayer, tomé un libro al azar para ir al lavabo y, también al azar, lo abrí por una página cualquiera y leí exactamente y con una precisión asombrosa lo que yo quería decir:
“Tales jornadas” -imaginad que esas jornadas son las de la crisis que nos azota- “tienen menos relación con la historia que con el periodismo: yo he sospechado que la historia, la verdadera historia, es más pudorosa y que sus fechas esenciales pueden ser, asimismo, durante largo tiempo, secretas”.
Es Borges, claro está, quien habla.
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