Apuntes
Muy pocos escritores actuales pueden escribir ya como lo hacía Dostoievski. La mayoría, creo, escriben en su ordenador personal e incluso algunos en su Olivetti. El ruso, sin embargo, prefería escribir a mano y emborronaba de frases, garabatos y dibujos sus cuartillas, como la que preside este post. Pertenece a uno de los cuadernos de notas que Dostoievski tomó para la novela Los Demonios (o Los Poseídos), de 1871, cuando comprarse un ordenador no estaba a mano de cualquiera y menos de un pobre diablo como él. No he leído Los Demonios; lo que me gusta de la cuartilla de Dostoievski es que me recuerda a mis años escolares, en los que mis apuntes (cuando me molestaba en tomarlos) acababan ofreciendo un aspecto similar. El maestro empezaba a explicarnos en cuarenta y cinco minutos la Revolución Francesa (por ejemplo) y yo, diligentemente, apuntaba un par de fechas y dos o tres nombres hasta que mi imaginación se descontrolaba y sin darme cuenta dejaba de prestar atención y dibujaba con esmero una enorme guillotina y a un verdugo con cara de Robespierre dispuesto a ajusticiar al docente. Lo difícil era estudiar después con esos apuntes así que, lógicamente, me dedicaba a otras cosas más provechosas.
2 Comments:
Pues así es como dejo yo cada día las hojas que tengo cerca mientras hablo por teléfono.
Cuando cuelgo y miro lo que he dibujado soy incapaz de recordar con quién o de qué estaba hablando.
La mente, cuando la dejas a su aire hace cosas curiosísimas.
A mi tambien me pasa lo que dice Raquel del teléfono.
Muchos de los post los escribo antes a mano y tambien garabateo el papel.
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